"...Hay veces, que mi ser se cubre de oscuridad, y desearía escapar, muy lejos, a donde nadie me encuentre, y mi alma, pese al dolor, alcanza a guiar, si acaso, a mi mano izquierda..."

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jueves, 29 de diciembre de 2011

Sócrates: Los Tres Támices.

Un discípulo llegó muy agitado a la casa de Sócrates y empezó a hablar de esta manera:

-Maestro, quiero contarte como un amigo tuyo estuvo hablando de tí con malevolencia-.


Sócrates lo interrumpió diciendo: -¡Espera!, ¿Ya hiciste pasar a través de los tres tamices lo que vas a decir?-

-¿Los tres tamices?.

-Sí, replicó Sócrates.





El primero es la verdad.

-¿Ya examinaste cuidadosamente si lo que me quieres decir es verdadero en todos sus puntos?-.


-No.., lo escuché comentar a unos vecinos-.


-Pero al menos, ¿lo habrás hecho pasar por el segundo tamiz, que es la bondad?. Lo que me quieres decir, ¿es por lo menos bueno?-.

-No, en realidad no, al contrario…-

¡Ah!, Interrumpió Sócrates. -Entonces vamos al último tamiz, la necesidad. ¿Es necesario que me cuentes eso?-.

-Para ser sincero, no, no es necesario-.

 -Entonces, sonrió el sabio, si no es verdadero, ni bueno, ni necesario… no quiero saberlo, y en cuanto a ti, te aconsejo olvidarlo. Sepultémoslo en el olvido.

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